Fuente: Punto de Marketing
Puede ser parte de un ego-surfing el poner nuestro nombre en Google y ver si es que aparecemos en la primera página. También está la alternativa de hacer “click” en imágenes y ver si sale nuestro rostro entre los seleccionados en todo el mundo. Sin embargo, esto que parece tan superfluo hoy, en los “tiempos de Google”, es una necesidad. Si no estamos en Google no existimos.
Nuestra marca personal es lo que las “otras personas” piensen sobre nosotros y por lo tanto es importante también como “ellas” nos ven a nosotros. El posicionamiento de una marca actualmente no sólo es el lugar que ocupa en la mente de las personas sino la posición que ocupa en la búsqueda de Google.
Este ego-surfing es una buena práctica ya que la misma secuencia de búsqueda la va a hacer la empresa que está contratándonos. También es posible que el cliente a quien queremos venderle en la licitación quiera saber quién es la empresa a quien va a comprarle. Ellos nos van a buscar en Google y si no estamos ahí, se harán muchas preguntas sobre si lo que hemos puesto en el CV o dicho de nuestra empresa, es cierto.
¿Aparecer en LinkedIn es bueno? Por supuesto que sí, pero lo que hagamos ahí, los contactos que tengamos, nuestros artículos escritos, etc.; dirán mucho más sobre nosotros que el mismo texto copiado de nuestro CV. Los prospectores de profesionales nos decodifican más allá de lo explicito que digamos o hagamos. La forma en que te mueves en el espacio virtual expresa mucho más de ti de lo que tú dices ser en el espacio real.
Todos te están googleando, ¿por qué no lo harías tú? Tus amigos, profesores, alumnos, novias, etc.; lo hacen y quieren encontrar tu verdadera personalidad relatada por el inconsciente virtual. Los gerentes de recursos humanos dejan de lado el CV escrito y navegan encontrando pistas ocultas del verdadero profesional que piensan contratar. ¿Estás consciente que esto está sucediendo? ¿Qué estás haciendo para moverlo a tu favor?
Google lleva registro de todo lo que haces en internet y de casi todo lo que haces afuera de ella. Todo lo que pones en Facebook, Twitter, Instagram, lo que escribes, por donde navegas, etc.; queda registrado. Pero adicionalmente está todo lo que los otros dicen de ti: fotos en fiestas eventos, congresos, etc. Tampoco es necesario ya que te pongan un “tag” y tú lo aceptes, porque el reconocimiento facial te pone al descubierto. ¿Crees que es mucho lo que saben de ti? Súmale a esto los registros bancarios, comercio, estado y todas las cámaras de seguridad que filman las 24 horas en los lugares donde estamos y con quienes nos reunimos. Todo lo básico está registrado y explicito, pero muchas cosas más están siendo registradas en todo momento y tu huella digital está dejando un sendero rastreable de lo que haces y quien eres.
Si nuestra marca personal es importante es mejor que tengamos un plan estructurado para hacerla crecer de forma profesional en el tiempo. Dediquémosle unas horas a la semana a verificar nuestro avance en las redes, en internet y saber si el intangible más valioso que tenemos, nuestro nombre, sigue aumentando de valor tanto en el mundo virtual como en el real.
Escrito por:
Anuor Aguilar, especialista en Business Excellen