Pokémon Go hace poco fue noticia – una vez más – por su capacidad de romper récord Guiness. Es la app que ha logrado alcanzar los mayores ingresos generados por un juego para teléfonos móviles durante su mes de lanzamiento. Es el juego más descargado durante su primer mes a disposición del público y también la app más descargada y exitosa en más de 70 países del mundo.
Este fenómeno de la realidad aumentada creado por Niantic y Nintendo ha dejado un puñado de lecciones e ideas de comunicación y relaciones públicas, aplicables a la promoción de cualquier empresa o producto. A continuación, se mencionan las cinco más destacadas:
Una buena marca es solo el inicio de una campaña exitosa. Muchos expertos coinciden en el hecho que, Pokémon, es una franquicia con veinte años de historia. Tiene mucho tiempo haciendo marca, a través de sus videojuegos, series, cartas, películas y demás recursos de entretenimiento.
Todo este valor de marca acumulado durante el tiempo, su estricta relación con los recuerdos de infancia de toda una generación y su alianza con una tecnología revolucionaria, son una puerta abierta a la creación de cualquier campaña exitosa.
Realidad aumentada: es momento de tomarla en serio. Desde hace tres años que los colosos tecnológicos hablan del fenómeno de la realidad aumentada. Hace tres años que la conocida revista PR Week se formuló la pregunta sobre la realidad aumentada y su aporte a las relaciones públicas.
Marcas como Heineken, National Geographic, Starbucks, Marriot ya incursionaban en estas tecnologías, pero sus experiencias alcanzaban a lo sumo breves reseñas o videos virales. El fenómeno Pokémon Go es una explicación clara y masiva del alcance de la realidad aumentada.
Un concepto difícil de entender, es hoy más accesible gracias a este fenómeno. Los departamentos de comunicación y relaciones públicas deben tomar en cuenta que se consolida como una estrategia más y, sobre todo, como una manera efectiva para generar interacción, engagement y cobertura a favor de sus marcas.
De la idea a la cobertura. Y no a la inversa. Quizás sea una lección antigua, pero vale la pena c