Los hombres ganan en promedio USD 28,900 anuales, mientras que las mujeres reciben solo USD 21,100, según un reciente estudio de McKinsey & Company.
En la última década, el sector tecnológico se ha consolidado como un motor clave para el desarrollo de América Latina, lo cual ha impulsado la demanda de talento en esta industria. Sin embargo, la participación de las mujeres sigue siendo limitada, lo que pone en evidencia una brecha de género en múltiples aspectos, desde representación hasta remuneración.
Un estudio de McKinsey & Company, en colaboración con Laboratoria, resalta que existe una marcada diferencia salarial en dicho rubro en Perú. Mientras que los hombres ganan en promedio USD 28,900 al año, las mujeres reciben solo USD 21,100, lo que representa una brecha del 27%. Esta desigualdad también se refleja en los puestos de alta gerencia, donde los hombres perciben un promedio de USD 45,000, frente a los USD 37,500 de las mujeres, una diferencia del 17%.
En los puestos de mandos intermedios, las mujeres superan a los hombres en términos salariales, con un salario promedio anual de USD 30,000 frente a los USD 26,000 de los hombres, lo que representa una diferencia del 15%. Sin embargo, la disparidad se mantiene en las bonificaciones, donde los hombres en alta gerencia reciben un promedio de USD 10,400, mientras que las mujeres reciben solo USD 8,500, reflejando una diferencia del 18%.
Movilidad profesional, promoción y factores subyacentes en la deserción
La movilidad profesional también muestra patrones distintos entre hombres y mujeres. Un 24% de las mujeres en el sector tecnológico han cambiado de carrera, en comparación con solo el 10% de los hombres. Este fenómeno es más pronunciado en las mujeres en roles de nivel inicial, donde el 71% ha optado por cambiar de trayectoria. Un tercio de las mujeres ha elegido carreras en Desarrollo de Aplicaciones, como Ingeniería de Software, mientras que otro tercio de los hombres se ha inclinado hacia áreas de Infraestructura, como Arquitectura.
La promoción dentro de la alta gerencia también muestra diferencias significativas. El 50% de las mujeres fueron promovidas en un promedio de dos años, mientras que solo el 33% de los hombres alcanzaron ascensos en tres años. En los mandos intermedios, el 13% de las mujeres no ha recibido promoción, frente al 6% de los hombres que sí han sido promovidos.
Por último, en términos de la intención de cambiar de empresa, el 40.68% de los hombres y el 52.38% de las mujeres respondieron afirmativamente. Entre los motivos más comunes para esta decisión se encuentran la falta de oportunidades de crecimiento (23.53%) y las responsabilidades familiares (35.29%). Es alarmante que el 100% de las mujeres en puestos de alta gerencia atribuyan su deserción a estas responsabilidades familiares, lo que subraya la necesidad urgente de políticas más inclusivas y flexibles que apoyen a las profesionales en la industria tecnológica.
Al respecto, Carlos Zuzunaga, socio de McKinsey & Company y autor del reporte, comentó: “Las organizaciones que adopten acciones concretas para cerrar esta brecha no solo impulsarán un impacto social positivo, sino que también fortalecerán su competitividad, su capacidad de innovación y su posicionamiento en la economía digital”.