Este campeonato cada año reafirma que es el evento más esperado y un espectáculo donde el deporte, entretenimiento y publicidad convergen en un solo escenario.
La edición LIX, que tuvo lugar en el Caesars Superdome de Nueva Orleans, llamó la atención con un enfrentamiento estelar, un show de medio tiempo de primer nivel y sobre todo por una batalla publicitaria en la que las marcas invirtieron grandes sumas de dinero para superar el récord de su anterior edición que alcanzó más de 210 millones de espectadores.
El Super Bowl, no solo es el evento deportivo más visto en Estados Unidos, sino también un fenómeno global que determina tendencias en el mundo del marketing. Las más grandes empresas aseguraron su presencia en la transmisión en televisión tradicional y digital, donde los espacios publicitarios han alcanzado cifras récord.
El impacto del Súper Domingo trasciende lo deportivo. La semana previa se ha tornado en un festival del marketing con distintas activaciones, eventos y experiencias diseñadas para conectar con los consumidores. Desde las Opening Nights, donde los equipos finalistas interactúan con los medios, hasta festivales de marca en Nueva Orleans, la inversión publicitaria va mucho más allá de los 30 segundos en pantalla, integrando estrategias digitales, colaboraciones con influencers y eventos exclusivos.
En los últimos años, los creadores de contenido han ganado protagonismo en la conversación digital en torno al Super Bowl. Las marcas ya no tienen presencia solo en tv, sino que buscan amplificar su mensaje en plataformas como TikTok, Instagram y YouTube, generando engagement con un público más joven.
“Una colaboración bien ejecutada puede fortalecer la imagen de una marca, pero una asociación mal planeada puede generar rechazo. En un entorno donde los consumidores valoran cada vez más la autenticidad, es fundamental que las marcas elijan embajadores cuyos valores y personalidad estén alineados con los suyos. Una promoción forzada o poco genuina puede afectar la credibilidad y restar valor a la campaña. En última instancia, cuando se implementa de manera estratégica, la integración de influencers en el Super Bowl transforma los anuncios tradicionales en experiencias de marca inmersivas, haciendo que cada pausa comercial sea tan esperada como el partido en sí”, comenta Eduardo Núñez, Influencer Marketing Director en another, agencia de comunicación estratégica con la mayor oferta de servicios en América Latina.
Núñez indica que actualmente la NFL ha identificado una necesidad clave: atraer a una audiencia más joven para asegurar el futuro del fútbol americano. De acuerdo con un informe del diario The Wall Street Journal, el promedio de edad actual de los fanáticos es de 55 años, y por lo tanto la liga apuesta por una estrategia de marketing digital centrada en influencers y creadores de contenido para atraer a espectadores más jóvenes. Figuras como MrBeast y Deestroying, conocidos por su contenido dinámico y conexión con usuarios que gusten de los deportes, han sido integrados en diversas iniciativas de la NFL para ampliar su alcance en plataformas como YouTube y TikTok.
El TikTok Tailgate, la fiesta virtual previa al Super Bowl, es otro ejemplo del compromiso de la NFL con esta estrategia. Este evento exclusivo para la comunidad de TikTok ha contado con actuaciones de estrellas como Gwen Stefani y ha destacado contenido de influencers populares como Keith Lee, Ju & Chan y Kristy Sarah. De esta manera, la liga genera expectativa antes del partido, y también fomenta la interacción en redes sociales, haciendo que los fanáticos más jóvenes se sientan parte del evento. Al integrar influencers en estas iniciativas, la NFL busca renovar su imagen y atraer a una audiencia más digital, comenta el experto en influencer marketing en another.
El halftime show es otro pilar fundamental del Super Tazón. En esta edición, el artista principal fue Kendrick Lamar, una de las figuras más influyentes de la música actual. Lo curioso es que, pese a ser una de las presentaciones más vistas del mundo, los artistas no reciben un pago directo por su actuación. A pesar de esto, la NFL cubre todos los costos de producción, que pueden alcanzar cifras astronómicas. En 2020, el espectáculo de Shakira y Jennifer Lopez tuvo un costo aproximado de 13 millones de dólares, incluyendo una escenografía modular y un equipo de más de 3,000 personas.
Mientras las marcas compitieron por su momento estelar en la transmisión, los creadores de contenido, los fanáticos y los anunciantes convirtieron el Super Bowl 2025 en un espectáculo que trascendió la pantalla. Con una combinación explosiva de deporte, música, influencers y estrategias publicitarias millonarias, el Super Bowl LIX es la máxima celebración de la cultura pop y marketing global.