El rediseño del icónico envase en forma de tubo de Pringles, se da luego de que The Recycling Association lo calificara como el villano del reciclaje número uno del mundo.
El distintivo tubo de Pringles está siendo rediseñado después de recibir fuertes críticas que aseguraban que su envase es casi imposible de reciclar. El contenedor actual fue descrito como la pesadilla de un reciclador debido a su compleja construcción, la cual cuenta con una base de metal, tapa de plástico y funda de cartón forrada con papel de aluminio.
Futuro nuevo packaging
The Recycling Association lo calificó como el villano del reciclaje número uno, junto con la botella de la bebida energética Lucozade Sports. Ahora, el fabricante de Pringles, Kellogg’s, está probando una lata más simple, aunque los expertos dicen que no es una solución completa puesto que la versión existente es particularmente problemática porque combina diferentes materiales.
Debido a ello, desde hace 12 meses, se viene trabajando una nueva versión, la cual está elaborada a base de papel aproximadamente al 90%. Mientras que el 10% restante está compuesto por una barrera de plástico que sella el interior para proteger los alimentos del oxígeno y la humedad que dañarían el sabor.
Respecto al diseño de la tapa, se están probando dos opciones en algunas tiendas Tesco (UK): una tapa de plástico reciclable y una tapa de papel reciclable. Kellogg’s dice que estas tapas seguirán produciendo el distintivo «pop» asociado con el producto.
Sobre el futuro nuevo packaging de la firma, Simon Ellin de CEO de The Recycling Association, mencionó: «El tubo Pringles ha sido un bastión del mal diseño desde el punto de vista de los recicladores. Esta nueva versión es una mejora y la acogemos ampliamente».
Pringles tienen una vida útil de 15 meses y cada día se fabrican tres millones de latas tan solo en Europa.
