La obra de Stuart Crainer, revela la influencia global y local que pueden tener las empresas, incluso en el ámbito político. Asimismo, habla sobre las nuevas capacidades para la gestión de marketing de estas.
La idea principal que el libro nos transmite, que da título al libro y a uno de sus capítulos, es el desorbitado poder que tienen las marcas en el mundo comercial. Para una empresa el cuidado de la marca debe ser primordial ya que depende en gran parte de ella. Un error mínimo por exceso, por defecto, por suficiencia o por cualquier otra circunstancia, puede diezmar en muy poco tiempo las ventas de un producto o la contratación de un servicio.
Asimismo, el autor sitúa a las marcas en el mundo actual, un mundo constantemente cambiante en el que las marcas también deben adaptarse o perecer al quedar obsoletas. Marcas importantes han caído por una mala gestión o por el mantenimiento de una gestión que sólo funcionaba en el pasado. El mundo de las marcas es complejo y a veces, medidas que en fría lógica aumentan las ventas de inmediato, producen el efecto contrario por el deterioro que causan a la marca. Ejemplo de esto es el fenómeno relatado de “El viernes de Marlboro” en que el abaratamiento del producto produjo un efecto negativo en las ventas.
Finalmente el autor no se limita a señalar los fines de las marcas y los problemas para su consecución, además aporta soluciones y métodos para superar esas dificultades. De hecho, los últimos capítulos del libro constituyen casi un manual para la gestión de una marca, dirigido más bien a los profesionales del mundo de la empresa. Aporta una gran cantidad de consejos prácticos para mantener su marca con una buena salud y de esta forma, lograr que su empresa avance cada día en fidelidad de los clientes y consecuentemente, en beneficios.
