La IA generadora de textos sufrió más de una metamorfosis en este primer año de vida y en el último trayecto de este 2023 ofrece pistas de su gran jugada para los próximos meses: la promesa de que todos puedan tener su propio ChatGPT.
Ser utilizada como herramienta para hacer trampas en las tareas escolares fue uno de los primeros escándalos tras el lanzamiento de ChatGPT. Desde entonces parece que han transcurrido 10 años, pero apenas van poco más de 12 meses tras su salida al mercado en el 2022.
La inteligencia artificial generadora de textos de OpenAI ha transitado un camino vertiginoso de rumores sobre la automatización de puestos de trabajo, despidos masivos y de las sospechas de un futuro al mejor estilo de “La rebelión de las máquinas”. Hoy el panorama parece menos tenebroso y el futuro se ve incluso más democratico.
Ya no genera temor, ahora es la más utilizada
Una de las grandes preocupaciones del último año ha sido “¿podrá la inteligencia artificial reemplazar el capital humano?”. La mala noticia es que no se trata de algo en el futuro, un informe de Resume Builder del que se hace eco Fortune explica que muchas empresas han implementado o piensan integrar la IA. Y los líderes empresariales consultados en dicha investigación aseguran haber reemplazado a trabajadores.
Cabe destacar que, en contraposición, las ofertas de empleo vinculadas a la IA han aumentado un 31%. Para el último trimestre del 2022 había casi 1.500 vacantes publicadas, según datos de InfoJobs. “La IA no está aquí para hacerse cargo de nuestros trabajos, sino para ahorrarle al profesional promedio de 2,5 horas al día”, es uno de los datos más relevantes del informe State of AI de Hubspot.
A pesar de que hay un 41% de profesionales que, según la investigación de Hubspot, temen ser reemplazados por la IA. En la práctica es todo lo contrario, rara vez los profesionales utilizan herramientas para redactar un texto por completo (5%), mientras que un mayor porcentaje lo utiliza para buscar ideas, inspiración y acabar con ese estancamiento creativo.
La razón de esto se debe en gran medida a la desconfianza que aún persiste sobre los datos que proveen las inteligencias artificiales. Un problema que es palpable en la industria marketera, donde el mayor desafío que enfrentan los especialistas en marketing con la IA generativa es que a veces proporciona información incorrecta. Sin una investigación profunda, realmente no hay forma de saber cuándo se está inventando algo.
Por ejemplo, casi la mitad de los especialistas en marketing que utilizan IA generativa dicen haber recibido información que saben que es incorrecta. Para empeorar las cosas, sólo el 27% está muy seguro de saber si la información es incorrecta. Aún así, cuando de escoger herramientas se trata para generar textos, según Hubspot ChatGPT se mantiene entre las favoritas.
Empleos de US$200.000
Puede que, después de todo, haya un paralelismo entre la actual transformación tecnológica y la revolución industrial. Así como en otrora la máquina de vapor reemplazó puestos de trabajo, creó otros nuevos y lo mismo sucede con la Inteligencia Artificial, incluso con un panorama más lucrativo.
Estas herramientas han abierto el paso a un nuevo oficio: prompt engineer. Aunque realmente poco tiene que ver con programar, estos especialistas tienen la función de susurrar las palabras correctas para que la plataforma de turno les arroje el resultado deseado y con la mayor precisión posible.
De hecho tiene meses creciendo en popularidad, en el primer semestre del año se hizo viral una oferta de Antropich, una startup que deseaba competir con OpenAI y en la que Alphabet invirtió recientemente US$300 millones buscaba un profesional con este perfil, pero lo más impresionante fue la oferta salarial: al que se le ofrecía un salario de entre 250.000 y 335.000 dólares al año. Un competitivo sueldo al que había que sumarle un paquete de acciones de la compañía.
La osadía generó un efecto dominó y las plataformas de búsqueda de empleo son testigos de este acontecimiento. Karin Kimbrough, economista jefe de LinkedIn, dijo a Business Insider que las conversaciones sobre IA se habían disparado en la plataforma durante el año pasado.
LinkedIn descubrió que hay aumentos sustanciales en términos como «ChatGPT», «prompt engineering”, «elaboración rápida» e «inteligencia artificial generativa» en los perfiles de los miembros a nivel mundial. LinkedIn dijo que hubo un aumento del 60% en las menciones de inteligencia artificial generativa y productos GAI entre enero y septiembre de este año.
El número de empresas con un rol de «jefe de IA» también se ha más que triplicado en los últimos cinco años, creciendo un 13% desde diciembre de 2022, según datos de LinkedIn.
Ahora todos podrán tener su propio ChatGPT
Como es habitual en las economías libres, es natural que surjan diferentes propuestas para competir en un mismo mercado. Tras ChatGPT se han sumado distintas empresas a desarrollar sus propios programas de inteligencia artificial generativa de texto como Bing de Microsoft, Antropich de antiguos trabajadores de OpenAI, Bard de Google, entre otros.
Ante este escenario de creciente competitividad ChatGPT ha estado aplicando distintas estrategias que han comenzado desde la implementación de su versión de pago, hasta ahora el lanzamiento de su democratización de los GPTs, a través de los cualquier empresa podrá tener su propio ChatGPT.
GPTs es el nombre que OpenAI ha dado a su sistema para crear versiones personalizadas de ChatGPT. Con esta tecnología, puedes combinar instrucciones personalizadas con habilidades específicas de ChatGPT y conocimientos de inteligencia artificial para crear una versión propia orientada a un propósito determinado.
Por ejemplo, los usuarios pueden crear un ChatGPT específico para enseñar las reglas de un juego de mesa, para ayudar a mejorar la redacción, hacer cálculos, enseñar matemáticas a los niños o incluso para ayudar a crear stickers.