Coquito. Everardo Zapata se desempeñaba como director y profesor de primaria de un colegio de Arequipa cuando empezó a buscar un método eficaz para ayudar a los niños a aprender a leer y a escribir.
“Mi mamá me mima”, “Mi mamá me ama”, “Yo amo a mi mamá”. Estas son algunas de las icónicas frases con las que más de 40 millones de niños de todo el continente americano han aprendido a leer y a escribir de la mano de Coquito, el famoso libro creado por el Everardo Zapata, un profesor de Arequipa que hasta estos momentos continúa ejerciendo su labor de docente.
Todo empezó en 1955, cuando Zapata era director y profesor de primaria en un colegio en Punta de Bombón, Mollendo (Arequipa). El docente se había dado cuenta que no se contaba con un método eficaz para ayudar a los niños a leer y a escribir.
“Esa frase de la letra con sangre entra viene de los métodos antiguos, en donde a los niños los obligaban a memorizar todo el abecedario y, como es algo muy difícil, les pegaban. Pensaba que debía haber una forma más sencilla”, aseguró para El Comercio.
Luego de visitar varios colegios para recolectar la experiencia de sus colegas, se vio afectado por otro golpe de realidad: la mayoría de los profesores no tenían estudios universitarios, así que no sabían cuál era la mejor forma de enseñar a leer y a escribir.
Al no encontrar un procedimiento adecuado, se vio en la obligación de inventar uno con base en las cinco vocales del español. El sistema que emplea Coquito, conocido como Método Global de Palabras, consiste en usar imágenes que guardan estrecha relación con las palabras presentadas en cada página. Es decir, se parte siempre de una imagen, por ejemplo, una mesa, luego se señala la palabra MESA y su composición silábica. Así, los niños pueden jugar y armar otras palabras. Al final de la clase se aprenden las oraciones.
Cuando la obra estuvo terminada, la siguiente batalla fue encontrar un editor. “Me decían que cómo un profesor de primaria iba a escribir un método para enseñar a leer, que eso era trabajo para catedráticos o para los curas. Pero yo les decía que nosotros éramos los más capacitados para esa tarea, porque los curas creen que los niños son adultos en miniatura; nosotros sabemos cómo son los chicos, jugamos con ellos en el recreo, ahí nos hacemos niños de nuevo y sabemos cómo piensan”, recordó para El Comercio.
Luego de conseguir un editor en Arequipa, el siguiente reto fue el nombre. Zapata quería nombrar a su libro Amanecer, pero le dijeron que no era muy comercial, que mejor optara por un nombre de niño. Esa noche, aunque todavía soltero, el profesor soñó que tenía un hijo llamado Coquito, por lo que decidió llamar así a su publicación.

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La primera edición de Coquito
La primera edición de Coquito, publicada en 1995, alcanzó un tiraje de 12 mil ejemplares, pero no fue fácil. ¿Cómo vender un producto nuevo?
Según Bicentenario del Perú, Zapata escribió circulares a 1,500 distritos del país donde por lo menos debía haber dos escuelas primarias, una para hombre y otro para mujeres. En total envío 3,000 cartas con una hoja ejemplar de Coquito, esperando vender los 2 mil ejemplares impresos hasta ese momento.
“Pasaron 15 días y el editor me dijo ‘señor Zapata, ya no le voy a hacer 2 mil ejemplares, sino 5 mil. Mire todas las cartas que me han llegado y todas con el giro’. La primera carta que llegó fue de Huancavelica, de un pueblo llamado Moya”, sostiene.
Coquito llegó a Lima en los años 70s, pero ya era un éxito en las otras regiones del país. En 1970, Zapata vendía 200.000 mil ejemplares al año. Once años después alcanzó el récord de 720.000 libros, solo en el Perú. En ese entonces ya tenía presencia en 12 países de Latinoamérica.
En la actualidad existen 10 lugares oficiales donde se pueden encontrar las ediciones. El libro tiene presencia en 13 países México, Venezuela, Ecuador, Colombia, Bolivia, República Dominicana, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Guatemala, El Salvador y Estados Unidos, país al que ingresó en el 2006.