¿iPhones?, preguntó Miley Cyrus con la sorpresa en la mirada, tras constatar, en una ceremonia de los Grammy, que muchos fotógrafos ya no usan cámaras profesionales. Los paparazzi ahora prefieren los teléfonos inteligentes de Apple.
Pero la popularidad de estos equipos no se limita a la fotografía de famosos. Durante la última década, la empresa de Cupertino ha hecho grandes esfuerzos por posicionar el iPhone en la producción audiovisual. Así lo hizo con aquella película grabada con tres equipos de la gama 5s de la misma marca, la cual fue estrenada en el 2015, bajo el título de “Tangerine”. Desde entonces, el smartphone ha sido usado para grabar vídeos musicales, como “Stupid Love”, de Lady GaGa; y otros largometrajes, como “Ghost of My Father”.
El propósito principal no es ganar el Óscar, y probablemente tampoco sea venderse como la mejor cámara. Se trata de llevar el mensaje al consumidor, de lo que puede hacer, aquello que puede lograr con este producto, que ahora está tomando el lugar que hasta hace poco conservaban otras marcas de fotografía.
Cuando se trata de vender, es necesario “comenzar con la experiencia del cliente y trabajar hacia atrás para la tecnología”, así lo explicó Steve Jobs con gran anticipación, en la conferencia mundial anual de desarrolladores, organizada por Apple en 1997.
Se trata de una estrategia que ha tenido grandes resultados y un crecimiento importante. Los datos más recientes del sistema operativo (SO) para teléfonos inteligentes, de Worldpanel ComTech, han revelado que las ventas globales de teléfonos inteligentes han aumentado un +1 % año tras año, de acuerdo con datos publicados por Kantar.
Un ecosistema interconectado
En este escenario, Apple iOS ha tenido un buen desempeño, representando el 37 % de las ventas mundiales de teléfonos inteligentes (+10 % interanual). Algo que está impulsando estas ventas es la adopción continua de su serie iPhone 15. Mientras que el caso del sistema operativo Android, cayó al 57 % de las ventas mundiales de teléfonos inteligentes.
Sin embargo, a pesar de la gran popularidad de los equipos móviles de Apple, el iPhone es solo la punta del iceberg de todo el universo interconectado de dispositivos y servicios de la marca, que se integran a la perfección. Y todas con una comunicación enfocada en el cliente.
Es el caso del Apple Watch, presentado como “El dispositivo definitivo para una vida sana”, también resalta su capacidad para hacer cosas que otros equipos no pueden, por ejemplo, medir todos los movimientos que hace la persona, e incluso es otra vía de comunicación alternativa al smartphone y más.
De igual forma, el HomePod de la marca permite conectar una gran cantidad de funciones dentro del hogar, a un solo dispositivo. Con esto, solo es necesario darle un comando de voz a Siri, el asistente virtual de Apple, e inmediatamente se enciende la luz, o se coloca una canción, o se hace una consulta y más, incluso hacer esto no requiere estar en casa.
Es así cómo, tiempo atrás quedó tener que sacar el teléfono para contestar una llamada, si el usuario tiene un AppleWatch, podrá hacerlo rápidamente. Gracias a Siri, ya no es necesario llegar a casa para poner a funcionar algunos equipos. Todo esto ha incrementado la participación de la marca en procesos de la vida cotidiana de sus usuarios, se integra de tal forma que puede convertirse en un “debo tenerlo”, con poco uso, modificando el estilo de vida de los consumidores.
Una marca de estilo de vida
De esta forma, Apple se ha convertido en una marca de estilo de vida, una estrategia que, tal y como la describen en Elle Education, busca evocar recuerdos y desarrollar vínculos emocionales con su público objetivo.
Se trata de marcas que “requieren tener una identidad única y, lo más importante, las marcas de estilo de vida se están convirtiendo cada vez más en uno de los componentes claves de la autoexpresión del consumidor”, explicó el autor Schmitt, en The Consumer Psychology of Brands.
Tal y como mencionan en Forbes, para ser una marca de estilo de vida es necesario tener un profundo conocimiento del público objetivo. Es necesario comprender el tipo de experiencias que anhela la audiencia, así como las personas, lugares y cosas que los motivan e inspiran. No es una simple recopilación de datos demográficos con algunos “intereses” y “me gusta” clave, es necesario comprender plenamente a sus consumidores.
Cuando las marcas buscan influenciar el estilo de vida de sus consumidores y ofrecen un producto o servicio, su marketing no se trata realmente de lo que venden, sino del estilo de vida al que aspiran sus consumidores. En tal sentido, se convierten en aspiracionales, en algo que todos quieren tener.
Algo que ha favorecido al iPhone, por ejemplo, no son solo los paparazzi usando este equipo para trabajar. Es como todas las celebridades del momento, también están inmersas en este ecosistema tecnológico, que cualquier acción, por sencilla que parezca, como selfie, puede generar ese deseo en la audiencia de querer eso que su ídolo está usando.
La razón de esto puede que sea más razonable de lo que parece. Investigadores de la Escuela Wharton, de la Universidad de Pensilvania, creen que la capacidad de las celebridades para persuadir a la audiencia, y finalmente en la compra, tiene sus raíces en la evolución y la biología. Tanto los humanos como los primates seguirán el ejemplo de los individuos de alto estatus y prestigio de su grupo, alineando su mirada o copiando sus decisiones.