Luego de la caída del muro de Berlín, McDonalds fue una de las primeras empresas norteamericanas en llegar a Rusia. Ahora, tras su salida, los rusos hacen lo que sea para comer las que podrían ser sus últimas hamburguesas durante un tiempo indefinido.
McDonald´s anunció que va a cerrar temporalmente sus 850 restaurantes ubicados en Rusia, de esta forma se convierte en la última empresa occidental en detener todas las operaciones en el país tras comenzar la invasión de Ucrania.
La multinacional de origen norteamericano cuenta con un total de 62.000 empleados dentro del territorio ruso, a quienes asegura les seguirá pagando el salario, según explicó en un mensaje el director general de la empresa, Chris Kempczinski.
Precios exorbitantes por una Big Mac
El anuncio por parte de la compañía ha generado una necesidad por parte de miles de rusos que no han querido dejar pasar la oportunidad de saborear el que podría ser su último Big Mac durante un tiempo indefinido antes del cierre, que operará durante este fin de semana.
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Ante este escenario, la oferta de McDonalds en Rusia se saturó y se formaron largas filas que fueron difundidas a través de videos en las redes sociales. De acuerdo con el sitio de noticias Nexta_TV, especialista en información de Europa del Este, en distintas sucursales de la compañía se aglutinaron multitudes de clientes buscando “el último menú” antes de que se materialice la suspensión del servicio.
Al mismo tiempo se han popularizado las subastas en plataformas digitales de productos producidos por McDonalds, a precios muy superiores a los habituales. Así, las capturas de pantalla de sitios de subastas rusos en los que se transan combos equivalen a 40 mil y 50 mil rublos, lo que equivale hasta la fecha a más de US$300, valores muy superiores a los habituales de 350 rublos, aproximadamente US$3.

¿Por qué la Big Mac se convierte en un objeto de deseo?
Tal y cómo mencionamos en un artículo sobre la escasez de productos en momentos de crisis, en un estudio realizado en el 2020 por Morning Consult en Estados Unidos aseguraba que el coronavirus impactó también en la psicología del consumidor y en sus planes de gasto, llevándolos a llevar a cabo compras nerviosas.
Los expertos han definido este comportamiento como “compras por pánico” y B. Lufkin, David Savage, profesor asociado de comportamiento y microeconomía de la Universidad de Newcastle en Australia ha explicado que el origen de este fenómeno se encuentra a nivel neurológico, puesto que cuando los compradores ven que todo el mundo