Starbucks, la modesta cafetería de Seattle que tomó su nombre de la célebre novela de Herman Melville, ha florecido hasta convertirse en un imperio de bebidas a nivel mundial.
En el año 1971, Starbucks dio sus primeros pasos con una única cafetería en el histórico Pike Place Market de Seattle. Desde ese pequeño establecimiento, ofrecía algunos de los mejores cafés del mundo, tostados recientemente y hechos con granos enteros.
Inicialmente, Starbucks tenía la visión de ser un negocio especializado en la venta de granos de café, maquinaria para preparar esta bebida y otros productos como tés y especias en la ciudad de Seattle. Sin embargo, con el tiempo, la empresa evolucionó y se convirtió en una de las cadenas más reconocidas a nivel mundial. Esto se debe a su amplia variedad de bebidas a base de café, productos de panadería y tiendas que son reconocibles en cualquier rincón del planeta.
Así es como Starbucks pasó de ser un café local en Seattle a una presencia global, llevando el nombre de uno de los personajes de la novela Moby Dick, Pequod Starbuck, evocando el alto mar y la tradición marítima de los primeros comerciantes de café.
La expansión
En 1981, Howard Schultz, el actual CEO de Starbucks®, tuvo su primer encuentro con una tienda de Starbucks® y quedó cautivado por su primera taza de «Sumatra». Un año después, se unió a la empresa. Schultz vio la oportunidad de diferenciar el negocio al crear espacios para que los clientes disfrutaran de su café fuera de casa, impulsando las bebidas ya preparadas. Sin embargo, los fundadores originales de Starbucks no compartían esta visión, ya que se alejaba del propósito original de la marca centrada en el café en grano y bebidas tradicionales.
Finalmente, en 1984, tras convencer a los fundadores, se inauguró la primera cafetería que servía tanto bebidas preparadas como café en grano. Esto marcó el rápido crecimiento de Starbucks en otras ciudades de Norteamérica, como Chicago, Vancouver, California, Washington D.C. y Nueva York.
A medida que Starbucks comenzó a ofrecer bebidas preparadas, su éxito se disparó, pero Schultz y Jerry consideraban que el modelo de negocio se alejaba del mundo del café tradicional. En 1985, Schultz dejó la empresa y lanzó su propia cadena de cafeterías llamada «Il Giornale», inspirada en la tradición italiana, que desde el principio resultó un gran éxito.
En tan solo cuatro años, «Il Giornale» pasó de tener 20 locales a más de 100 en Norteamérica. En 1996, la empresa cruzó el Pacífico para abrir su primera tienda en Japón, y un año después hizo lo mismo en Europa. En 1999, abrió su primer local en China. En dos décadas, la empresa experimentó un crecimiento notable y atrajo a millones de clientes en todo el mundo. A finales de los años 90, Starbucks tenía 2,500 locales en una docena de países.
En la actualidad, con más de 30,000 cafeterías en 83 países, Starbucks se ha consolidado como el principal tostador y vendedor de cafés selectos a nivel mundial. Su objetivo es que cada taza sea un reflejo de su legado y una experiencia excepcional para sus clientes.