La justa, prevista para desarrollarse entre Colombia y Argentina, sorpresivamente cambió a Brasil y mantiene su fecha de inauguración: el próximo 13 de junio ¿Habrá cambios en sus patrocinantes?
Son tiempos difíciles para los eventos deportivos y en general para todos los espectáculos públicos. La Copa América es el ejemplo más reciente. 12 días antes de su inicio se dio a conocer que las dos sedes que originalmente la albergarían este año, Argentina y Colombia, quedaban fuera de juego, y luego de algunas horas de incertidumbre la Conmebol anunció que Brasil será el nuevo escenario, manteniendo las mismas fechas.
Se trata de una situación inédita, como inéditos son los tiempos particulares que vivimos. La tarjeta roja a Colombia se dio hace diez días por la álgida situación social que vive el país, y el retiro de Argentina apenas se anunció este domingo y es consecuencia de la difícil situación sanitaria en su terrotorio, la peor desde el inicio de la pandemia.
Es el más reciente capítulo de una Copa América muy accidentada, luego de su suspensión en 2020 y de que los dos países invitados, Australia y Qatar, declinaran en el pasado mes de febrero.
Con la entrada de Brasil al terreno de juego se mantiene el emblemático espectáculo del fútbol regional, no obstante, quedan en el aire algunas precisiones, como por ejemplo el papel de los sponsors que están invirtiendo en esta edición del encuentro, que por ahora será un espectáculo solo para TV.
¿Qué pasará con las marcas patrocinantes de esta edición?
Hace pocas semanas se informó que por primera vez una red social sería main sponsor de la Copa América. Se trata de la red social de videos cortos Kwai, de nacionalidad china. La red ofrecerá contenido exclusivo e incluso promete pagar a los usuarios que suban a la plataforma material de la justa. O al menos así estaba planteado para Argentina y Colombia.
La negociación, que se realizó directamente con la Conmebol, es estratégica para el plan de penetración de la red social. «Para nosotros, la llegada a Latinoamérica es estratégica. Para conquistar este mercado apostamos fuerte a la Copa porque sabemos que es muy importante para la región. Incluso, la categoría Deportes es una de las más vistas en la app», dijo.
Es una incógnita aún si Kwai mantendrá las mismas condiciones o incluso su participación a la luz de los acontecimientos, pero sabiendo la importancia que para ambas partes significa esta colaboración, es difícil que se cancele.
Es importante destacar que el esfuerzo de mantener la realización del evento, a pesar de tantos tropiezos a tan poco tiempo de iniciar, tiene que ver en gran medida justamente con el compromiso con los patrocinantes. Es mucho dinero en juego para decidir cancelar el torneo. Las pérdidas económicas y reputación por suspender serían exponencialmente mayores que las que significan el cambio de sede con tan corto aviso.
«No es una opción que se suspenda la Copa, no hay manera de que la Copa se suspenda. La Copa se juega, no porque la Conmebol no vea lo que está pasando en el continente, sino porque son compromisos adquiridos.
Aquí hay gente que ha invertido mucho dinero comprando derechos a nivel internacional, inclusive, hay compromisos con empresas que son sponsor.
Sería profundizar más en todo el desastre que ha generado en las finanzas del fútbol sudamericano esta pandemia, por eso la Copa América hay que afrontarla, jugarla y es el momento», dijo en un análisis el periodista deportivo colombiano Javier Hernández Bonnet en declaraciones citadas por el medio paraguayo ComuTricolor.
De hecho, a mediados de mayo, días antes que se decidiera eliminar a Colombia de la organización, el diario El Tiempo publicó que tres marcas patrocinantes cuyos nombres no incluyó en su informe, amenazaban con dejar el torneo si el país neogranadino continuaban como sede.
El periódico citó a “una alta fuente del fútbol colombiano” quien aseguró que estas tres marcas dijeron que “no iban a participar en un torneo en un país de tan difícil situación de orden público y cuestionado por importantes organismos internacionales de no respetar los derechos humanos”, refiere la nota de El Tiempo.
En cuanto a la Conmebol, el cambio de sede también implica un rebranding total del evento, cuya imagen estaba basada en las banderas y los referentes culturales de Argentina y Colombia.
Son muchas las incógnitas que quedan en el tintero y muy poco tiempo para dilucidarla. La única aspiración: que la pelota no se manche.