Una campaña pone los reflectores sobre aquellos trabajadores detrás de la infraestructura de la copa del mundo, quienes fueron tratados de formas inhumanas y luego fueron olvidados.
MEO, patrocinador de larga data de la selección nacional y principal emisora de Portugal, se encontró en el centro de la controversia cuando su campaña buscaba arrojar luz sobre los abusos a los derechos humanos relacionados con la construcción de la infraestructura de la Copa del Mundo.
La camiseta del Equipo Prohibido, inspirada en los chalecos de los trabajadores detrás de las construcciones en el Mundial pasado y adornada con el artículo 4 de la Ley de Derechos Humanos, se convirtió en un punto de reunión de valentía y virtud frente a la censura.
Así evidencian los abusos a los derechos humanos detrás del fútbol
En respuesta a la prohibición, Dentsu Creative se asoció con Amnistía Internacional para dar nueva vida a la campaña, convirtiéndola en un poderoso movimiento contra los abusos de los derechos humanos. La camiseta del Equipo Prohibido, en amarillo eléctrico con bandas reflectantes y el simbólico número 4 en la espalda, ahora presentaba un código QR, invitando a los fanáticos a contribuir a la causa y apoyar a las familias de las víctimas.
Las camisetas se convirtieron en un símbolo de solidaridad y resistencia, distribuidas estratégicamente en los estadios de fútbol para destacarse en medio del mar de colores de celebración. A pesar de la prohibición, la camiseta del Equipo Prohibido llegó a manos de empleados de tiendas, embajadores de inmigrantes e incluso se infiltró en hacks de la FIFA, lo que simboliza la negativa de una nación a ser silenciada.
El impacto en el pueblo portugués fue profundo, ya que los abusos en Qatar tocaron la fibra sensible de una nación íntimamente conectada con las luchas de los inmigrantes y los trabajadores extranjeros.
El alcance de la campaña fue poderoso: llegó al 98% de Portugal y obtuvo más de 1,5 millones en medios ganados. Sorprendentemente, logró un índice de aprobación del 78%, superando las evaluaciones de patrocinadores importantes de las industrias del deporte, el alcohol y la comida rápida.
Un acción que perdura
Más allá del éxito inmediato, el legado del Equipo Olvidado perdura. Las camisetas ahora se envían a los futuros anfitriones de la Copa Mundial, lo que sirve como un conmovedor recordatorio de que los derechos de los trabajadores nunca deben olvidarse.
La campaña demostró que una marca puede representar algo más que ganancias, reflejando que la gente apoyará a aquellos que defienden lo que creen.
Al final, el Equipo Olvidado de MEO se convirtió en un faro de valentía, convirtiendo la adversidad en una oportunidad para defender los derechos humanos, dejando una marca indeleble en la intersección del deporte, el activismo y el cambio social.