El proyecto, que murió apenas nació, reunía a 12 clubs de élite del viejo continente en un campeonato al margen de la FIFA y la UEFA. Te contamos más en esta nota.
Hace menos de una semana el mundo del fútbol sufrió un intento de golpe de Estado a cargo de 12 equipos de élite europeos que decidieron conformar un nuevo campeonato al margen de la FIFA y la UEFA que les prometía ganancias astronómicas, la SuperLiga Europea.
Detrás del movimiento estaba el financiamiento del banco estadounidense JP Morgan, que repartiría 4.210 millones de dólares a los clubes que se sumaran a este campeonato.
Atlético de Madrid, Real Madrid, Barcelona, Milán, Inter, Juventus, Arsenal, Chelsea, Liverpool, Manchester City, Manchester United y Tottenham Hotspur son las escuadras que en principio apoyaron la iniciativa, ya rechazada enérgicamente por instituciones e incluso por gobiernos.
Al anuncio le siguieron reacciones inmediatas crudas y amenazantes. La FIFA los llamó «separatistas» y la UEFA lo calificó como un «cínico proyecto». Finalmente, en pocas horas el proyecto naufragó. Entre otras cosas por las sanciones insostenibles que las federaciones ofrecieron a quienes se aventuraran en este campeonato autónomo.
Las 3 claves del fracaso de la SuperLiga:
Medios especializados desglosan tres motivos principales por los cuales la idea de esta liga autónoma no logró ver nuevamente la luz del día luego de su primer aviso. Son:
1.- La resistencia inglesa:
El país donde nació el fútbol fue el que más resistencia puso a la SuperLiga Europea. De hecho, apenas se dio a conocer el comunicado de los clubes fundadores, uno de los primeros en reaccionar el propio primer ministro Boris Johnson.
Los gerentes de federaciones y equipos se manifestaron en contra de la medida y los hinchas de los equipos participantes manifestaron sin piedad. Y todo concluyó con que los seis equipos ingleses se bajaran del tren. De hecho, Arsenal, uno de los fundadores, pidió disculpas a los hinchas.
«Nunca fue nuestra intención causar tanto malestar. Hemos cometido un error y pedimos disculpas por ello», dijo en un comunicado.
2.- La férrea defensa de la UEFA
Apenas se conoció la creación de esta Superliga Europea, la UEFA sacó todas las armas para luchar contra su implementación.
Una de las principales razones detrás de la creación de la Superliga era buscar mejores réditos económicos que los que actualmente otorga la Champions League, el mayor torneo continental de clubes, que es organizado por la UEFA. Ante eso, el presidente del organismo, Aleksander Ceferin, no se ahorró críticas para describir el intento separatista de los 12 clubes. «Le han escupido en la cara a los amantes del futbol», dijo.
Los 12 fundadores de la Superliga se habían protegido legalmente para evitar sanciones por parte de la UEFA y la FIFA. Pero no pensaron en algo. Ceferin señaló que los jugadores que fueran parte de la Superliga no podrían participar en la Eurocopa de Naciones ni en el Mundial de Fútbol. Esto hizo, naturalmente, que los jugadores se pusieran en contra los gerentes porque no estaban dispuestos a pagar ese precio.
3.- La ausencia de otros grandes
La estocada final a la Superliga vino de la salida de los seis clubes ingleses, pero el proyecto ya había recibido rechazos importantes que no le daban un buen augurio.
Una de las ideas primordiales de la Superliga era jugar con 15 equipos fundadores, pero apenas 12 firmaron el acuerdo de salida. Entre los que no estaban en la lista habían dos gigantes que eran fundamentales: el FC Bayern de Múnich y el Paris Saint Germain.
Estos dos equipos, con estrellas de talla mundial en su alineación y varios títulos, eran un buen aval pero no compraron la idea.
Por ahora el motín futbolístico de los 12 grandes fue aplacado pero deja un mal sabor para los hinchas y las federaciones. Seguro no es el último capítulo de esta historia.