Los booktokers desmienten que el público joven sea una audiencia desinteresada por la lectura y por el contrario, está promoviendo la recuperación de una industria que lleva más de una década en números rojos.
Recientemente, la autora española Elena Armas hablaba en sus redes sociales como su obra -titulada The Spanish Love Deception-, pasaba de ser un libro “autopublicado” a ser vendido a una editorial estadounidense. En el anuncio la empresa atribuía esta compra, entre otras cosas, a la viralización del texto en TikTok, desvelando a su vez un fenómeno conocido como los booktokers o influencers que sugieren y opinan sobre literatura.
Lo cierto es que no es nuevo, los competidores de la red social china ya tenía sus comunidades de lectores conocidos como bookgramers (Instagram) e incluso, booktubers. Sobre estos últimos se hablaba en la pasada FIL Lima 2020 cómo la colaboración con creadores destacados en YouTube podría generar un impacto en la desalentadora cifra de lecturas en Perú: menos de un libro leído al año según el Ministerio de Cultura.
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Sin duda no era una estrategia desenfocada, ahora sabemos que el 51% de los peruanos aprende de sus influencers, así lo reseñó la empresa de ciberseguridad Kaspersky. Pero el fenómeno del interés por la lectura parece ir más allá, no solo contagia una plataforma tras otra en este ancestral hobby, podría tener el poder de rescatar la industria editorial.
Tik Tok: Una posible esperanza para editoriales en decadencia
La industria editorial tiene un gran reto con las nuevas generaciones, puesto que no es un secreto que este target prefiere las imágenes en lugar del texto. Pero, es en las redes sociales donde puede estar la clave para revertir esta realidad, hablándole a una audiencia que ya domina el 40% del mercado global -la generación Z-, a través de los booktokers.
Después de todo, se cree que estos influencers apasionados por una buena historia son capaces de aumentar hasta un 20% las ventas de un título en plataformas de venta como Amazon. Unas cifras que necesita desesperadamente la industria editorial que lleva más de una década en retroceso en sus ventas, que de acuerdo con la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) la tendencia se traduce en pérdidas de más de mil millones de dólares.
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Ante este escenario, las redes sociales se configuran como un alivio para el sector, con un origen en plataformas más antiguas como YouTube donde un booktuber bien posicionado puede alcanzar el medio millón de suscriptores. Pero en TikTok el panorama cuenta con cifras incluso más alentadoras, donde la comunidad de lectores se encuentra bajo el hashtag #booktok y ya moviliza más de 24 billones de visitas y es capaz de posicionar libros como The Spanish Love Deception.
La generación Z rescata el hábito de la lectura
Las nuevas generaciones están estableciendo un cambio y Spotify da cuenta de ello, el gigante del streaming desmintió que la generación Z fuese un público desinteresado por la lectura y, por el contrario, asegura que este hábito está lejos de pasar de moda.

“Muchos adolescentes eligen y disfrutan de este pasatiempo musicalizando el momento, generando una atmósfera o mood, con diferentes playlists y compartiendo el fanatismo mediante podcasts temáticos” aseguró en un comunicado Spotify. De igual forma aseguran que entre los términos más buscados por esta audiencia se encuentran “música para leer” con un 50%.