La clasificación de las empresas emergentes no es sinónimo de que una compañía es mejor que la otra. Al contrario, cada una es necesaria y de suma importancia para el desarrollo de la región.
Unicornios, cebras o camellos. Así es como se clasifican las startups que emergen en Latinoamérica con propuestas tecnológicas que facilitan cada vez más la vida de los consumidores.
En la región el ecosistema de las startups crece más. Sin embargo, estas empresas no son vistas igual por los inversionistas y solo algunas logran a convertirse en las llamadas «unicornios», aquellas cuya valoración super los 1.000 millones de dólares.
Aunque las unicornio sean las favoritas de los inversores en el boom de las startups también han surgido otras alternativas de negocios que pueden resultar muy atractivas y resultar valiosas para la economía local, estos son las cebras y los camellos.
Por medio de un comunicado, la firma Luman, basándose en cifras de CB Insights, indficó que hay 26 startups en la región que han logrado convertirse en unicornios, mientras que a nivel global se contabiliza 654 con una valuación acumulada de 2.147 billones de dólares.
Entre las marcas en la región que se clasifican como unicornios se encuentran MercadoLibre, Nubank, Rappi o Despegar.com y la chilena NotCo, todas empresas valoradas por encima de los mil millones de dólares
La importancia del ecosistema startup
Ahora bien ¿Por qué no todas las compañías apreciables tienen una valoración tan alta pese a perfilarse como potencialmente interesantes? Una de las razones principales puede ser que quizás no han recibido la inversión que las lleve a ese nivel. Es en este punto es donde nacen las startups cebras y camellos.
Las startups cebras son las empresas que buscan crecer, generar beneficios a sus accionistas y ser rentables, mientras que no están aisladas o separadas de lo que pasa en el mundo que las rodea, al contrario se hacen tan parte que quieren resolver lo que pasa en el. Estas empresas generalmente están interesadas en resolver problemas reales o reparar sistemas sociales existentes.
Un ejemplo de una startup cebra es la empresa de origen chileno Protera, dedicada a desarrollar productos de proteínas naturales que extienden la vida útil de la comida sin utilizar conservantes químicos.
Ahora es importante precisar qué son las startup camellos. Estas fueron denominadas así tras sobrevivir al primer año de la emergencia sanitaria por el coronavirus. Se trata de empresas emergentes resilientes capaces de adaptarse a las realidades y contextos que se presentan y de establecer un relación entre su crecimiento y su flujo de ingresos desde su creación.
Todas son de suma importancia para el desarrollo de la región y del mundo y por esa razón es preciso tomar en cuenta que no necesariamente por estas clasificaciones una empresa debe ser mejor que la otra, pues la vida de los emprendimientos puede ser muy corta.
Un estudio de Failure Institute develó que la esperanza de vida de una nueva empresa oscila entre uno y tres añosaños, siendo principalmente la planeación estratégica y la financiera las que hacen que no atraviesen el valle de la muerte.
Al respecto, especialistas como Pablo Yañez, VP de Producto Datos de Lumen LATAM, han afirmado que las iniciativas como Camellos y Cebras, sumados a la fuerte influencia y manejo de tecnología de dichas empresas, van en el camino correcto a la hora de crear condiciones prósperas para nuestra región.