El sector publicitario ha emigrado a un medio imaginariamente lucrativo, sin advertir los peligros que se esconden en la publicidad programática.
El mercado publicitario ha encontrado un lucrativo espacio comercial en la publicidad online, cuyo crecimiento se ha llevado gran parte de los ingresos que, hasta hace poco, se destinaban a los medios tradicionales (televisión, periódicos, revistas, etc). Sin embargo, la sustitución de los canales ha traído ciertas complicaciones para este sector, pues dejar todo en manos de algoritmos, sin un control pormenorizado, resulta poco favorable para este tipo de anuncios.
La publicidad programática no siempre termina en medios de calidad o en los que más les interesaría a los anunciantes y, en ocasiones, aparecen en contenidos que no son los más adecuados para su imagen de marca. ¿La razón?: los algoritmos y su enfoque en el mercado objetivo al que quiere llegar. De esta manera, la publicidad acaba por ser simplemente la vía para que los ciberdelincuentes hagan caja.
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Este último problema viene siendo mucho mayor de lo que la industria admite, pues se estima que uno de cada diez dólares invertidos en publicidad online programática termina en manos de cibercriminales.

Las impactante cifras no acaban allí, evaluaciones señalan que el 10% de la inversión global se pierde por culpa del fraude de publicidad online, lo que supone una pérdida anual de 22.400 millones de dólares, esperando que la cantidad puede duplicarse entre 2019 y 2023.
Un especialista ha señalado al periódico británico Financial Times que dichas cifras, aunque alarmantes, se alejan del número real de pérdidas. Según su cálculos, cada año se pierden decenas de miles de millones de dólares por culpa del fraude publicitario.
Augustine Fou, investigador independiente, explica que la suma podría ser incluso mucho mayor a la expresada en Financial Times, debido a que el estudio solo se centra en el impacto que tienen las técnicas más conocidas e ignoran los más profundos y variados. “Por ejemplo, como recogen en el análisis del FT, los cibercriminales tienen granjas de smartphones que clican en anuncios pero también se están lucrando con campañas de tráfico de referencia o de descargas”, reseñan portales web.
Profesionales afirman que la industria ha emigrado a un nuevo sector sin comprender su trasfondo ni cómo acabar con los problemas anteriores.
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