A pesar de ser el país fabricante, Japón es uno de los mercados más golpeados por el desabastecimiento de consolas. Con la lotería digital tratan de satisfacer la demanda de una manera justa.
Es la cuna de los videojuegos y de las marcas más importantes en el ramo. Aún así, Japón es uno de los mercados más afectados por la escasez de videoconsolas que se presenta desde el año pasado debido a la pandemia. Para tratar de satisfacer la demandad de una manera justa, los comercios han adoptado el método de la lotería digital.
La primera marca en implementar esta metología fue Nintendo, debido a la gran solicitud y pocas unidades disponibles de Switch, y hoy la retoma la también nipona Sony para poder distribuir lo poco que llega en las remesas de la consola del momento, la PlayStation 5.
Con la lotería digital se asigna a priori quiénes han resultado beneficiados con un número para la compra de los aparatos. Así los comercios evitan aglomeraciones en tiendas y se eluden los bots y revendedores, que desde que se presenta esta situación entre la comunidad gamer crecen y se diseminan como si fueran virus.
Recientemente, un reporte de la revista Nekkei Asia acusó a Sony de no tomar con seriedad al mercado japonés, señalando que las ventas de PS5 han sido las más bajas en la historia de la marca y esto es debido a que la compañía no procuró una buena distribución en el país.
Al parecer la razón es que Sony privilegió a mercados occidentales para hacerles llegar su ya mermado stock y así poder competir con Microsoft luego del reciente lanzamiento de la nueva Xbox Series X.
«La escasez de suministro está molestando a algunos jugadores japoneses. Más de unos pocos han perdido su pasión por la PS5, mientras que otros han migrado a los juegos de PC. Esto muestra que la estrategia de Sony de llevar a la gente a PS5 eliminando progresivamente la PS4 puede resultar contraproducente en casa. Aún así, la compañía parece imperturbable, lanzando el 1 de enero otra remesa de PS5 en el extranjero hacia India, lo que no es una señal alentadora para los jugadores japoneses frustrados y tal vez sea una señal de una pérdida significativa de prestigio y confianza en casa», dice Nikkei.