Los iconos del deporte Simone Biles, McKayla Maroney, Aly Raisman y Maggie Nichols aseguraron que agentes del FBI minimizaron sus denuncias de abuso en el 2015 en contra de su entonces entrenador Larry Nassar
Las gimnastas más importantes del mundo van contra el FBI por el mal manejo del organismo en el mayor escándalo deportivo de los últimos tiempos: el caso del depredador Larry Nassar, antiguo médico del equipo nacional de gimnasia de los Estados Unidos (EEUU). El hecho podría cambiar la historia de la agencia con la industria deportiva.
La gimnasta Simone Bile se presentó, junto a otras tres atletas, ante un comité del Senado de EEUU para exigir justicia. «He ganado 25 medallas en Mundiales, siete en Juegos Olímpicos, y soy una superviviente de abuso sexual”, dijo Biles.

Las deportistas exigieron que los agentes del FBI involucrados en la investigación sean procesados por no haber actuado antes contra Nassar mientras cometía los abusos. Mientras se presume que todo fue para cuidar la reputación de Federación Estadounidense de Gimnasia y su millonario negocio, cuyos directivos intentaron en su momento apagar las voces de las víctimas.
Biles junto a las medallistas olímpicas McKayla Maroney, Aly Raisman y Maggie Nichols reclamaron que agentes del FBI minimizaron sus denuncias en el año 2015.
«El agente que me entrevistó me quería convencer de que no valía la pena abrir un caso criminal contra Nassar”, narró Raisman, quien insistió en hablar con los investigadores del caso durante 14 meses.


A Maroney, los funcionarios solo le preguntaron «¿Eso es todo?», tras relatar cómo el médico había abusado de ella cuando tenía 13 años.
El director del FBI, Christopher Wray, quien también testificó este miércoles ante el comité de justicia, reconoció no tener un explicación para lo ocurrido. El Departamento de Justicia publicó en julio un informe en el que detalla los “numerosos y fundamentales errores” que cometió el FBI en la pesquisa sobre los abusos cometidos por Nassar.