“Yo quiero ser creativo”

Hace unos días, un amigo me contaba que su sobrino –sabiendo que él trabajaba en publicidad- y conversando, le dijo: “¡Tío, yo quiero ser creativo de publicidad…!” A lo que él respondió: “¡Qué bueno…! Pero… ¿has leído…?”  El muchacho le contestó que sí, que había leído en el colegio, los libros de texto “y esas cosas que te hacen leer” y que él era “bien creativo”.

Mi amigo retrucó: “¿Y libros de literatura, novelas, algo sobre publicidad, sobre marketinghas leído?” El sobrino negó con la cabeza, abriendo los ojos como asombrado: “¿Para ser creativo en publicidad, hay que leer…?

La anécdota, totalmente verídica, retrata ese “glamour” que tiene la profesión y especialmente quienes trabajan en ella como “creativos” y que, como la publicidad es algo cotidiano, con lo que se está en contacto a diario (como espectador, claro) debe ser facilísimo de hacer (si no, no habría tantos avisos en periódicos, en paneles, en radio, televisión e internet…), sobre todo si uno es “bien creativo”, si se le ocurren buenos chistes y hace “memes” graciosísimos… Debe ser bien “neto”, muy “bacán” ser creativo publicitario, sobre todo con esa “chispa” que uno tiene…

Bueno, yo también le hubiera respondido al sobrino que, para crear, lo mejor es que lea, que lea mucho y de todo, especialmente literatura, porque así podrá ver cómo se escribe, llegará a notar y diferenciar los estilos, adquirirá más vocabulario que el pobre (con perdón) que usa para comunicarse, hablando o por escrito… “Aprenderá mirando” (leyendo en este caso) y después sería bueno también que leyera sobre la especialidad, porque libros sobre publicidad y mercadeo, hay en cantidades… La lectura variada, es parte de eso que se llama “cultura”, eso que produjo la frase: “Cuando oigo la palabra cultura, echo mano a mi pistola…”, atribuida a Goebbels, ministro de propaganda de los nazis, pero que en realidad pertenece a una obra del teatro alemán; cultura que no solamente es leer, sino visitar museos, conocer un poco de artes plásticas, de música, de teatro y de cine (del bueno), que es, al fin y al cabo, eso que diferencia a un ser humano que tiene inteligencia y la usa, de uno que, también la tiene, pero no la usa…

Es que para ser “creativo” en publicidad hay que conocer, hay que saber y no basta solamente con ser “muy ocurrente”; hay que “cultivarse”, porque, así como las plantas bien cultivadas, la inteligencia dará frutos, pero no se conseguirá nada si no hay “insumos” que la “alimenten”. Este es un tema acerca del que he escrito varias veces ya, pero la anécdota del inicio, me hace volver sobre él.

Es verdad que todos los seres humanos somos creativos, pero del cultivo y desarrollo de esa creatividad y de los “insumos” externos que le proporcionemos a nuestra mente, va a depender la diferencia. Muchas personas niegan y como excusa dicen “es que no soy creativo”; lo que son es ociosos, pues no quieren “alimentarse” y, en definitiva, pensar…

Creo que esto es algo que merece pensarse y hay que tener en cuenta.

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