Lejos de despertar críticas, el rediseño «retro» de Burger King dio una lección de cómo adecuarse al entorno online sin abandonar su tradición
El asombró reinó entre los consumidores de Burger King al mostrar su primer rebranding en 20 años de trayectoria. El cambio, una imagen visual adecuada a los nuevos tiempos, busca representar «más auténticamente a la compañía», los ajustes de su menú y su compromiso de sostenibilidad.
A simple vista el rediseño de su ecosistema marcario incluye logo, packaging, merchandise en restaurantes, carta de los menús, uniformes y hasta decoración, pero a fondo va más allá. En lo que nos muestra Burger King se puede ver dos líneas maestras, como lo señala Marketing Dive: el amor por la tradición y el público de Internet, que lejos de generar críticas, levantó la admiración de expertos y especialistas.

Se entendió el rebranding como una perfecta conjugación de lo nuevo y lo viejo. Por un lado, nos encontramos con un rediseño ligeramente retro que recuerda a su historia y la relación que ha sabido establecer con sus consumidores. Apela a la nostalgia y conecta al público con «los buenos tiempos» del pasado, y lo hace también que los usuarios en redes sociales pensaba que se trataba de un regreso al diseño de 1969.
Por el otro, Burger King apuesta por una imagen de marca adaptada al Internet, diseñada para funcionar perfectamente en el entorno online, con un logo minimalista y más moderno, aunque con cierto aire retro. El mismo tiene todo lo necesario para ser amigable con los entornos digitales y muestra el compromiso de la marca para posicionarse en este medio.

¿Cuál es el acierto? Burger King da este inmenso paso pensando desde el diseño y los elementos tradicionales de la marca, a diferencia de muchas empresas que han fracasado en esta misma estrategia, su cambio luce confiado y divertido, utilizando además una tipografía propia llamada Flame, inspirada en la comida que sirven y sus formas: redonda, atrevida y sabrosa.
Los colores apuntan a lo mismo, resaltar lo «rico y atrevido» de su propuesta, la hipetextuarización para destacar el aspecto sensorial de la comida