#IdentidadDeMarca Guerra, nuevos proyectos y tecnología sostenible, la imagen de Renault habla de la evolución misma de la historia y su constante adaptación a los cambios del mercado
Los historiadores podrían contar los acontecimientos del siglo XX a través de los cambios de identidad de Renault, que comenzaron a tomar fuerza en la Primera Guerra Mundial, un hecho que inspiró su imponente logo con tanques de guerra y que luego abrió paso a una metamorfosis que apuesta por el minimalismo y el paso hacia un futuro de tecnología sostenible
Logos circulares
El siglo XX fue testigo del nacimiento de una marca que se distinguió por llevar la corriente artística de la Europa de época, Art Nouveau, impregnada en su logo circular. La tendencia estética rompía con todo el pasado y llamaba a crear un arte nuevo, joven y moderno, bajo el claim: «el futuro ya ha comenzado». Con esta idea se revistió Renault en 1900, mostrando una imagen de marca que elevó la letra R, iniciales de los hermanos Renault, sus fundadores, entrelazada con la elegancia de entonces. Sin embargo, el isologo se estampó únicamente en los documentos internos de la empresa.
Las siguientes transformaciones dejaron de lado la tipografía y se ciñeron a lo que se conoce como isotipo, viéndose fuertemente influenciadas por dos acontecimientos históricos y por la forma circular de su diseño. El primero, en 1906, luego de que la marca lograse su primera victoria en el Grand Prix de Francia, y decidiera hacer de su automóvil su imagen de marca. La segunda, se vio estrechamente relacionada con su participación en la Primera Guerra Mundial, pues la empresa se dedicó a la fabricación de tanques de guerra, motivo por el que el modelo FT17 comenzó a ser la nueva imagen de la organización entre 1918 y 1922.
Llegado 1923, Renault decidió colocar por primera vez su imagen empresarial en sus vehículos. El diseño, un isologo inspirado en la icónica parrilla de sus automóviles, trasladó esas mismas características a su línea gráfica, que al igual que sus predecesores, mantenía la forma circular y, esta vez, ostentaba el nombre de la marca en el centro.

El diamante francés
Renault lanzó en 1929 una línea de autos de lujo con nombre de mujer, Stella, para la cual se rediseñó el isologo, eliminando las formas circulares hasta llegar al primer diamante de la marca. En 1930, la empresa democratizó el uso de esta nueva insignia, y desde entonces todos los modelos vestían de diamante; el cual comenzó a presentar un fondo en color amarillo en 1945.
La compañía decide hacer su siguiente cambio en 1972, esta transformación en el diseño pasó de un isologo a ser un imagotipo, el cual duró hasta 20 años después, para esta ocasión contrataron al artista Víctor Vasarely y el resultado fue un emblema con fondo amarillo, tridimensional y dinámico con líneas angulares, mientras que en el 92, continuaron con esta tendencia 3D pero más moderno, con el nombre en una nueva tipografía, más imponente y ubicado en la base. Volvieron a la sobriedad monocromática, aunque esto llegó a su fin en el 2015, fecha en la que volvieron a su inconico fondo amarillo, pero conservando su nueva figura.
El ‘Renault Diamond’, el hexágono con el que actualmente se reconoce a los autos franceses, representaba la confianza y la calidad de la empresa. Pero en el 2021, la necesidad de un mundo sostenible llevó al mercado automotor a fortalecer su compromiso con el impacto ambiental; Renault no se quedó atrás, lanzando su nueva línea de autos eléctricos que necesitaban a su vez un nuevo diseño que represente la transformación de la marca.
El nuevo diseño deja atrás sus líneas gruesas, dando lugar a paralelas que se entrecruzan para dar forma al diamante francés, en una directa insinuación al progreso y modernidad de la marca, pero sin dejar de lado los valores que la caracterizan en más de un siglo de historia.
La marca francesa ha trasladado su ambiciosas estrategia de refrescamiento a sus otras líneas de automóviles, como es el caso, en primer lugar, de Dacia y su función con Lada que cambió su imagen a un enfoque «design to cost», que viene a ser una gama más competitiva y moderna reflejada en un logotipo fresco y luminoso.

La marca francesa ha trasladado su ambiciosas estrategia de refrescamiento a sus otras líneas de automóviles, como es el caso, en primer lugar, de Dacia y su función con Lada que cambió su imagen a un enfoque «design to cost», que viene a ser una gama más competitiva y moderna reflejada en un logotipo fresco y luminoso.
En el segundo caso, Alpine, reúne la línea deportiva de Renault, para la cual han decidido darle una nueva identidad a su equipo de Fórmula 1 con colores azul, blanco y rojo en referencia directa a los colores de la bandera Británica y Francesa. Este no parece ser el final en un largo camino de cambios que desde la empresa se han propuesto, apuntando hacia un futuro de consumo responsable.
