Según un estudio realizado por el instituto de investigación de mercados concept m, la manera en que el consumidor percibe a los anunciantes en el actual conflicto bélico es ambivalente y se mueve entre la honorabilidad y la superficialidad.
La guerra entre Rusia y Ucrania no solo tiene consecuencias en el plano político y económico, sino que también deja mucha percepción de la publicidad. Según un estudio emprendido en Alemania por el instituto de investigación de mercados concept m, la manera en que el consumidor percibe a los anunciantes en el actual conflicto bélico es ambivalente y se mueve entre la honorabilidad y la superficialidad.
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Problemas
El informe de concept m indica que, en relación con la guerra de Ucrania, la publicidad cuenta con cuatro tonalidades potencialmente problemáticas:
1. Un mundo ideal exagerado
Usualmente la publicidad se enfoca en familias felices, hogares intactos y relaciones armoniosas. En tiempos de guerra los anunciantes deben evitar que el mundo claramente idealizado que se abre paso en su publicidad no peque de excesivo.
2. Celebraciones completamente extemporáneas
Con el fin de hacer más atractivos los anuncios, la publicidad suele llenarse de lujos y celebraciones que no están necesariamente en su sintonía con sus propios productos y servicios.
El afán de la publicidad por la celebración puede ser peligroso cuando el consumidor está particularmente predispuesto a echar en cara a las marcas su egoísmo y su ausencia de empatía.
3. Problemas absolutamente vanos
En el contexto de la guerra en Ucrania, muchos de los problemas cotidianos se perciben como pequeños y triviales. La publicidad debe actuar, por ende, con cautela si no quiere imprimir una superficialidad y decadencia absolutamente bochornosas a sus anuncios.
4. Humor tonto
Aunque la publicidad trata de ser divertida, lo cierto es que ciertas historias divertidas pueden trocarse en historias cargadas de superficialidad en tiempos de guerra.
El humor es siempre un arma de doble filo, pero lo es aún más cuando la guerra asoma a la puerta y las bromas aparentemente inofensivas pueden metamorfosearse en bromas de mal gusto.
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Oportunidades
En tiempos de guerra la percepción de la publicidad no solo sufre, también puede eventualmente reforzarse con estas cuatro tonalidades.
1. Animar al consumidor a mantenerse a flote
Aterrorizado por la guerra, el consumidor corre el peligro de quedar sumido en una completa parálisis. La publicidad puede combatir ese sentimiento y ayudarlo a hacerle frente a las adversidades y evitar que decaiga.
2. Hacer hincapié en el ahorro
La guerra de Ucrania está tocando de manera directa el bolsillo del consumidor mediante la inflación absolutamente desbocada de los alimentos, el combustible y otros productos.
En este contexto las marcas pueden aprovecharse de las ganas de ahorrar del consumidor haciendo hincapié en los descuentos, pero sin restar por ello valor a los productos en los que echan anclas tales descuentos.
3. Dar alas a la solidaridad
La honestidad, la confianza y la responsabilidad son valores al alza en estos momentos. Por eso las marcas que hacen suyos estos valores en su publicidad tienen mucho que ganar en el contexto actual.
4. Pequeña ventana de escape
En la guerra de Ucrania, al igual que en otras crisis, la publicidad puede ser una suerte de ventana para que el consumidor escape (aunque sea solo de manera momentánea) de la horrenda realidad circundante.
El escapismo propiciado por la publicidad en este contexto debe ser, eso sí, moderado y auténtico.